8 de abril de 2012

Nueva

Desgárrame, desángrame, haz que sufra dolor, que me olvide de todo lo vivido y que no consiga recordar nada. Destroza mis entrañas con tus pútridas manos. Raja mi garganta para que no pueda emitir ni un sonido más. Soy aquella mujer perfecta que prefiere morir antes que vivir. Soy la mujer perfecta a la que nadie entiende porque derrocha perfección allá por donde pasa. 
Ódiame, abandóname, olvídame, despréciame.
Corrompe tu alma olvidando a la perfección, dejándola de lado en su mundo ideal, y haciendo que se sienta como una desgraciada, no dudes de ello. 
Tengo sed de sangre, pero no de la tuya, sino de la que corre por mis venas y hace que cada vez sea más gélida. Me mojo los labios con un líquido carmesí, intenso carmesí. Se resbala por mi garganta y desliza por mis senos, haciendo gran contraste con mi blanca piel. 
Soy nueva. Me he desecho de todo cuanto he querido y me ha hecho sufrir. Soy alguien nueva... pero, ¿y mañana? Cuando vuelva a despertar, seré la misma, mis recuerdos volverán y ya no podré deshacerme de ellos hasta la noche. No soy feliz, y lo sé. Pero al menos me queda mi oscuridad, donde sé que puedo abstenerme de mostrar la realidad. 
Corre, huye, escapa de mí, soy una mujer nueva, y a partir de ahora, pocas palabras serán de arrepentimiento. Cállate de una puta vez y escucha lo que te digo: Ahora me controlo yo, sigo siendo la capulla prepotente, la mujer perfecta, y tú no lo vas a cambiar. Sigo siendo la que te dejó por los suelos con su arrogancia. Sigo siendo demasiado para ti. Soy perfecta y siempre lo seré. Entérate. 
Soy las sombras de mis sombras. Soy la mujer perfecta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Comenta! Mi blog tiene mucha hambre y ¡sólo se alimenta de comentarios!