4 de abril de 2012

Juliet

Jul estaba preocupada. Ella era así, se preocupaba mucho sin hacerlo notar, no le gustaba llamar la atención. No la había llamado Juliet (que era su nombre completo), pero las palabras de la pantalla sugerían un tono bastante amargo. 
Jul escribía, era la única de las tres amigas que escribía. Bárbara cocinaba y fotografiaba. Annie dibujaba y hacía manualidades. Jul escribía. Y aunque se enorgullecía de ello, siempre pensaba que tan sólo leían su blog un par de personas (independientemente de las estadísticas de internet) y que no causaba repercusiones; que podía hablar de lo que quería y de quién quería sin ser descubierta. Para Jul escribir significaba mucho: a veces podía no estar satisfecha con los textos que creaba, pero eran su manera de hacer perdurar las cosas en su recuerdo, de evadirse cuando no quería aguantar más en la realidad, de desahogarse. Jul no concebía su vida sin la escritura. Pero le estaba causando problemas, y no era la primera vez que le ocurría. Aunque esta vez no lo entendía. Jul reconocía que podría dar qué pensar, pero no pensó que él fuese a pensar así. Tiene las palabras que le ha dicho grabadas en las neuronas, no cree que las vaya a poder olvidar en bastante tiempo...
Jul dejaría de escribir, pero su naturaleza se lo prohíbe, desde que descubrió su gusto por la escritura (así como por la lectura), se le ha hecho inconcebible esa idea. Podría dejarlo durante un tiempo, de hecho ya lo hace, cuando ya no consigue exprimir más su cerebro, pero no para siempre. ¿Cómo se expresaría entonces? Posiblemente explotaría a todas horas y sería la persona más antisocial y borde del universo, piensa Jul a veces. Jul escribía sobre muchas cosas, algunas sobre sentimientos suyos, historias que se le ocurrían, deseos... e incluso a veces sobre los de otras personas, transcribía los pensamientos del resto de la gente. Y esta vez se limitó a expresar lo que Annie sentía con palabras. Y ahí estuvo el problema.:
Jul tenía novio (no pareja, como decía Annie). Jul se enteró ese mismo día de que él leía su blog; Jul ni siquiera pensaba en la posibilidad de que él se molestase en leer sus tonterías. Y ese mismo días Jul había escrito sobre lo que Annie pensaba sobre tener pareja. Pero él no lo interpretó bien. Y Jul se llevó otra vez el susto (el tercero o el cuarto ya), el susto de que la dejase. 
¿Pero por qué inseguro?¿Acaso era ella la que le causaba estar así? ¿Por qué?
¿No lo podría haber visto de otra manera? Podría haber pensado que ya encontré a esa persona, que no sabré qué hacer cuando por fin pueda irme de aquí. Que me gustaría que él viniese a todos lados conmigo, no soltarle nunca. ¿Pero inseguro? ¿Por qué?
Jul no paraba de darle vueltas y vueltas a esas preguntas sin respuesta. 
Sí, quería hacer cosas; sí, quería experimentar; sí, quería cosas nuevas, pero las quería hacer con él, que él estuviese en su vida... 
Yo...
Jul no quería nada más. 

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