27 de septiembre de 2012

Era libertad

Sonó el timbre. 
Despavoridos, fueron gritando hacia esa gran puerta de hierro y cristal, rivalizando los unos con los otros a ver quién llegaba el primero. Por fin la atraviesan y un fogonazo de clareada luz los deja ciegos unos segundos, pero eso no es capaz de frenarlos. Imparables, bajaban las húmedas escaleras, algunos de ellos, incluso se atrevían a saltar desde el último escalón. 
Él llevaba sus nuevas botas amarillas, le quedaban un poco anchas y llevaba los pantalones metidos por dentro. yendo a contra corriente, saltó los dos últimos escalones sin preocuparse de cómo caer. Pisó un pequeño charco y salió pitando hacia otro mucho más grande. De pronto, el tiempo se ralentizó en el aire: lentamente bajaba hacia la profundidad del pequeño lago; mientras doblaba las rodillas, la punta de sus botas esparcía gotas de agua a su alrededor, cada vez más grandes. 
Quedó empapado, del plástico amarillo caían las gotas otra vez hacia el charco. Pero no fue el único en mojarse: todo el que estuviese a su alrededor aceptó con gritos de emoción las gotas del suelo. 
Temían perderse su preciado recreo, pero, minutos antes de acabar la clase, dejó de llover. Ahora tienen media hora para mojarse sin oír a sus madres gritando lo que deben y no hacer para no  hacerlo. 

21 de septiembre de 2012

Un nuevo propósito

Tengo muy muerto esto últimamente, lo sé. Al igual que también sé que es por pasar mucho tiempo en el ordenador... Pero, sinceramente, y seguro queno soy la única a la que le ha pasado, sólo me entran ganas de escribir cuando no debo, mayoritariamente en clase; pero mis clases no empiezan hasta dentro de una semana y media. Así que he decidido utilizar una técnica para reavivar mi imaginación. No es una técnica innovadora, es más, posiblemente sea una de las más básicas y clásicas que existan, pero me hace ilusión.
La teoría es muy sencilla: se trata de narrar mi vida cotidiana y después escribirla, ya en el blog o en una libreta. Se supone que así me acostumbraré a mantener mi cerebro activo, y no apagarlo o dejarlo en hibernación como llevo haciendo casi dos semanas. Al igual que se supone que mi vida será una historia continua. No creo que lo más importante sea dejar constancia de lo que he hecho en día, eso sería más bien un diario (y yo odio los diarios), sino conseguir contar enfocar mi vida desde un punto de vista nuevo.
Tengo muchas ganas de empezar, y me tienta mucho comprarme un cuaderno, sin embargo creo qutilizaré uno que ya tengo empezado, por lo menos para lo que queda de mes.

19 de septiembre de 2012

Bárbara se ahoga en un vaso de agua

Con la cabeza en una nube piensa en sus errores, en cómo la verá.
Bárbara se equivoca muchas veces, la mayoría de ellas ni se da cuenta, y luego tiene dos reacciones: o se siente la peor persona del mundo y la más estúpida, o se queda indiferente. Este segundo caso es el que más despierta le deja, aunque parezca irónico. Se queda pensando qué clase de persona puede quedarse indiferente ante una situación así,  por qué no se encuentra siempre en ese estado de confusión, vergüenza y culpabilidad que un error suele provocar, sobre todo cuando se molesta o hiere a alguien.
Bárbara tenía la esperanza de ser algún día perfecta, de saber siempre lo que hacer y cuándo hacerlo. Sin repercusiones, sin remordimientos.
Puede parecer que  este comportamiento pertenezca más a Jul, sin embargo, el defecto más grande de estas tres chicas es que a todas les gustaría ser perfectas.