29 de agosto de 2011

Olvidar despertarse

Los vientos azotaban con destreza, él galopando en su corcel y dejando el aliento helado tras de sí, seguía pensando en la descabellada idea de volver a tiempo a su casa sin que el temporal lo alcanzara. Pero era tarde y una lluvia inminente empezó a caer del cielo, pegando los rizos negros a su frente y dificultándole la visión. Un rayo cayó a unos metros, el caballo se asustó, y empezó a hacer cabriolas, el muchacho cayó al suelo, quedándose tumbado en mitad del embarrado camino mientras el corcel huía despavorido en mitad de la noche. Minutos más tarde el muchacho cobró la consciencia, pero ya era demasiado tarde: la tormenta había empeorado y se había convertido en una ventisca de nieve, que ya había tapado la mitad del sendero. Solo y perdido en mitad del bosque, el muchacho miraba a su alrededor con la mirada inquieta, abrazándose a sí mismo para conservar el poco calor que le quedaba en el cuerpo. Indeciso ante la idea de refugiarse a un lado del camino, decidió levantarse y caminar en cualquier dirección, para así conseguir que los músculos no se atrofiasen. Pero el muchacho estaba cansado, y caminar entre la nieve en mitad de una ventisca era más agotador aún, así que tras un rato, cayó rendido en mitad del camino y se arrastró trabajosamente a un lado de este, al resguardo de un árbol de tronco ancho y copa frondosa, para poder protegerse más de la tormenta de nieve. A pesar de los intentos del muchacho por permanecer despierto, el sueño se iba apoderando de él a medida que avanzaba la noche, y ni siquiera la idea de su amada esperándole resguardada enfrente del hogar pudo darle fuerzas para ello.


El muchacho soñó con cosas muy dulces y apacibles esa noche, haciéndole olvidar todos los tormentos de su vida: todas las peleas, todas las situaciones embarazosas, todos los malos momentos… incluido aquél. Pero por desgracia, quedarse dormido en mitad de una ventisca, supone la muerte, y esa noche, el 
muchacho, en mitad de una tormenta de nieve, olvidó incluso cómo despertarse. 

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