9 de mayo de 2011

Viólame.

No lo estarás atorando, ¿verdad?
¿Qué es lo que escondes en esos deseos que pides? ¿Qué jugadas te pasa tu mente cuando atrapas esos pequeños deseos del aire? ¿Cómo no estás segura de que ese deseo no era de alguien más? ¿Cómo puedes estar tan ansiosa por robar uno y hacer que tu cerebro funcione y las esperanzas se creen?
Cojo una esperanza y la tiro por el retrete, y ya son 825 esperanzas que tiro por el retrete. 
Hoy me torturo con aquellos pensamientos que creo posibles dentro de un mundo en el que la imaginación está atascada y huele a podrido. Hoy me torturan haciendo que malgaste mis pensamientos en deseos imposibles, deseos que se hacen esperar y que apenas puedo quitarme de la cabeza [apenas te puedo quitar de mi cabeza].
Cojo una esperanza y la tiro por el retrete, y ya son 826 esperanzas que tiro por el retrete.
Quisiera saber qué es lo que se pasa por tu cabeza cuando haces que tire de la cadena una y otra vez, cuando me acuesto minutos tarde por esperar a ver si te veo y así quedarme aliviada descubriendo tu presencia, descubriendo que sigues vivo entre el resto de personas y que tu ser no es una mera sombra en mi cabeza.
Cojo una esperanza y la tiro por el retrete, y ya son 827 esperanzas que tiro por el retrete.
¿Cuándo te podré sacar de mi cabeza? ¿Cuándo me dejará mi podrida imaginación sacar esto de aquí? ¿Acaso se cree que puede convertirse en ocupa y hacerme crear esperanzas todos los días? Posiblemente no pasaría esto si yo no lo dejase, pero en estos momentos no sé qué soy. Ojalá no pudiese crear nada pero sí destruirlo todo, o al menos casi todo.
Cojo una esperanza y la tiro por el retrete, y ya son 828 esperanzas que tiro por el retrete.
Quiero que me violen, que me violes, que violes mi cerebro, mi alma, mi corazón, tan sólo para poder sentir el suficiente dolor para alejarme de ti y descubrir que el hediondo hedor que me rodea no es más que esa imaginación acumulada en el rincón de algún sitio de mi cuerpo al que no puedo llegar porque sino, toda mi verdad sería expuesta, todas mis preguntas respondidas, y un gran cataclismo se crearía dentro de mí.
Cojo una esperanza y la tiro por el retrete, y ya son 829 esperanzas que tiro por el retrete.
Rape me, te lo digo en otros idiomas por si no te ha quedado todavía claro, ayúdame: viole-moi, violami, brechen Sie mich, me viole, הפר אותי, Нарушите меня, etc.; y no te lo digo en más idiomas porque mi traductor no llega a más.
Cojo una esperanza y la tiro por el retrete, y ya son... qué más dará cuántas sean ya, ya ni siquiera puedo contarlas, son demasiadas, todas dolorosas, todas inútiles, pero, ¿dónde estás?
VIÓLAME.
Y te repetiría esa palabra una y mil veces más para que se te quedase grabada en el corazón, con una estaca clavada, el hediondo olor atravesando tus fosas nasales, y mi podrida imaginación cubriendo los restos de mi cuerpo junto al tuyo:
VIÓLAME.

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