4 de mayo de 2011

Mentiroso



Resalto tu faceta más nueva, resalto la mentira, tu mentira, mi mentira. 
Será mejor que escriba rápido, antes de que todo esto se desvanezca y ya no pueda desahogar todo lo que sentí, lo que siento y lo que por alguna r... toso, y toso, y toso. Quiere salir por mi garganta a la fuerza, quiere que lo suelte todo en un arrebato de ira, de desolación. ¿Te pasa algo? Pues claro que sí, ¿pero cómo decírtelo a ti?, ¿cómo poder hacer eso sin "herirte"?, sin que le des vueltas en tu cabeza. Vuelvo a toser, sigue insistiendo. Pero no quiero preocuparte, no, eso sería lo último, además, en estos momentos es inútil, tú ahora sigues otro camino en el que yo soy una piedra a la que poder darle patadas. Pero eso no quita que me hayas mentido; no quita que yo te haya mostrado un poquito de mí y tú hayas borrado el contrato de la mente como si de un recuerdo inservible se tratase. La cláusula era clara: en persona, y aun así decidiste tacharla y reescribirla a tu gusto. Y ahora no estás, y la que se aguanta soy yo, porque la piedra soy yo y el camino no es mío, sino tuyo, sólo tuyo.
Es difícil describir a una persona, es más difícil describirte a ti mismo, pero una vez que tienes el primer adjetivo ya nada importa, el cerebro funciona sólo y salen las palabras de la boca con la facilidad que tiene un niño chico de reír.
Muérdeme el labio de una vez para que pueda callar esta desdicha, porque poco a poco me está volviendo loca.


Eso sí, cuando juntasteis las mesas y tú te cambiaste de sitio a mi lado, me sentí la persona más afortunada del mundo, gracias.

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