28 de agosto de 2010

Hace ya tiempo.

Llego a casa después de dos horas con ganas de irme de allí y con el alma llena de agua. Voy andando y los pantalones se me pegan a la espinilla y me calan los huesos, los tenis imitan silbidos al llegar a casa, y al quitarme los calcetines, estos están encharcados por los numerosos charcos pisados a lo largo del camino, e irónicamente deja de llover justo cuando llego a casa.
Alguien parece que sufre desconsoladamente ante una desgracia, ya que sólo llueve cuando salgo, y a mares, cómo si hubiese explotado una bomba de relojería donde en vez de pólvora, lo que salen disparadas son las lágrimas retenidas durante mucho tiempo... afortunadamente no soy yo la que llora.
Con el estómago cerrado intento que me entren ganas de seguir haciendo deberes y de ponerme manos a la obra con francés, pero mi acuclillamiento me impide moverme y el estómago se me va cerrando un poco más a cada tecla que pulso. No me gusta estudiar francés, y menos lo que últimamente escribo, la imaginación está atascada y mis súper poderes no salen a la luz, ni siquiera creo que salga algo bueno de aquí, pero tenía que escribir, mis ojos derrotados por el cansancio inexplicable me obligan a ello, llevando así, la contraria a todos los miembros de mi cuerpo que ni siquiera quieren dejarse caer encima de una cama.

...

La imaginación que recorre mi cuerpo está dormida, agotada. Ya no fluye por mis venas y se esconde en los recovecos de mi mente que no quieren ser explorados. Y no quiere salir de ahí. Le obligo, pero pocas cosas terminan como yo espero. Quiero tochos, textos largos de extensión tan larga como la muralla china, tan inmensos como el universo, tan profundos como el mar en invierno. En mi cabeza, reside dormida, y ya no puedo ser la heroína que tanto soñé en uno de mis tochos que habitan por el blog, ahora me convierto de verdad en la heroína sin poderes que tanto describí, ya es literal, ya ni siquiera tengo aquello que me hacía teletransportarme a otro mundo, hacerme invisible o morirme, ni siquiera eso...
Esa sensación de que escribes lo correcto, lo que de verdad quieres, y que te hace sentir tan bien... esa sensación tan inmensamente agradable y satisfactoria desaparece y otra totalmente contraria ocupa su puesto. Ahogo, desasosiego, desapego, malhumor, pena, agobio, estrés...

Tantas veces he querido estar sola, sola de verdad, de pensar en quién tienes a tu lado y de no encontrar a nadie, pero siempre hay alguien que te recuerda que no es verdad, que dependes de un mundo que no puedes abandonar y que por mucho que quieras no desaparecerá. Es lo que hay, y en vez de estar a oscuras y dejando volar mis pensamientos, estoy aquí escribiendo esto, este texto, un texto que no tiene sentido mires por donde lo mires, y que tampoco merece una crítica.

1 comentario:

  1. me gusta el nuevo diseño :3 y este texto que creo que ya lei en su momento .__.

    Estoy igual ahora tio, mi inspiracion se ha escondido y no quiere salir :___ See u tonight :) <3

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