30 de julio de 2009

Are we still friends?

It's finish, there's no commitment, no more worries. But you aren't happy, or at least, that it's what I think. You always want to be with me, but I'm not yours any more. I'm not saying that I don't want to be by your side, I'm only saying that you are not letting out all the feelings that you have, you said that you have to be without me some time, ok, I understand that, but why you are so strange with me. When we are alone, you don't do like always, you sit on another place, you don't call me, you don't tell me nothing, it's like when we were not friends at all, before you started to get confidence with me.
Some days I wonder if you are like that because me or 'cause you are sorry, and then I ask me: Are we still friends?? Are we really still been good friends?? And the answer is: I'm not sure, for me it's more easy, I know that, and now I can be like before, but you... I don't like been tied to another person, I don't feel good. Only I want you to know it's that want you happy and I want you with another person with you were happy. I can't think anything more to say, only that:
I'm not yours any more.

21 de julio de 2009

Escucho música mientras escribo una entrada en el blog, ya terminé una, pero ahora, empiezo otra. Tengo ganas de pasar, quiero aislarme un rato, que nadie me vigile y me observe, que no aparezca mi sombra en el suelo ni mi reflejo en el espejo. Quiero ser invisible. Siempre me digo, estas vacaciones serán sabáticas... Já, pedazo tontería, es imposible escapar de la gente, de los buenos momentos, del temor a perderte algo. Las canciones van pasando, y cada vez se acerca más la hora de separarse, puede que hoy, que mañana, que dentro de un mes, pero quién sabe, a lo mejor no y acabamos todos juntos en la misma ciudad y haciendo siempre lo mismo, cayendo presas de la monotonía de la vida. Quiero estar ocupada, concentrarme en algo y que no se asome ningún resquicio de lo que pudiese ser un comedero de pájaros, donde la comida soy yo, y los pájaros son los que no paran de atormentarme. Mi cuerpo se siente cansado de no hacer nada, tengo tantas ganas de moverme... pero la vagueza puede conmigo y me entran ganas de ser otra persona, una que no sea como yo, que tenga más emociones y que se mueva como una hoja agitada por el viento en un día de invierno. Ahora por fin estoy sola, pero no es suficiente, ahora quiero más, y quiero que nadie me hable, no estoy triste, ni desolada, ni... angustiada. No sé lo que es, pero quiero que se vaya.

17 de julio de 2009

Sólo dices

Todo se reduce a salir, ya hay tiempo para ello, y te dices a ti misma: ¿Por qué no, por qué no ir por ahí volver hasta la hora que me dejen? La cosa es, ¿se hace? Sí, afortunadamente sí. Pero ahí es cuando hay gente que se da cuenta de que las cosas no eran como en realidad son, ahora ha cambiado y eso ya no gusta, o al menos, no tanto como antes...
Dices que nos vemos poco, que ya no es como al principio. Normal. El tiempo pasa, las cosas cambian, ya no son como antes. Pero, ¿qué esperabas? ¿Que fuese siempre igual? Pobre iluso, no ves que eso es casi improbable. Estamos mal, lo sé, aunque tú creas que no, y ahora que intento arreglarlo tú me dices que no te entiendo, que no sé valorar la sensibilidad. ¿Tan idiota eres? ¿De verdad crees eso? Entonces es que no me conoces. Quiero estar contigo, pero ahora el que parece que no, eres tú. Intento mejorar, pero tú me das evasivas, ¿cómo me tomo eso? Estás mal y no me lo cuentas. Sí, has llorado, y yo te he intentado consolar, y después me dices que me necesitabas, eso no funciona así, si me necesitas dímelo antes, no después de que ya no pueda hacer nada, sabes que no me doy cuenta de esas cosas pero no me avisas, no dices que soy insensible, pues entonces por qué me echas en cara que no sé cuando alguien está mal, soy así, a mí me tienen que decir las cosas, y no hay más, sin rodeos, sin escusas.
LHP

13 de junio de 2009

¿Qué significa ser mujer?

Muchas personas, y digo personas porque hay mujeres que también, creen que las mujeres estamos hechas para el hogar y para los niños, y que culquier otra tarea referente a fuera del ámbito familiar está fuera de nuestro alcance, "gracias a Dios" ya son menos los que piensan eso pero siguen siendo demasiados. Con esto no estoy diciendo que las mujeres valgan para todo, no, es cierto que hay tareas que no podemos desempeñar, pero al igual que le pasa esto a las mujeres también le pasa a los hombres. Ser mujer no significa estar en casa limpiando, haciendo de comer y cuidando a los hijos y al marido, y la verdad, no sé por qué se le ha atribuido ese papel a la mujer, y supuestamente rebaja nuestras cualidades hasta tareas supuestamente irrelevantes. Mentira. Si no fuese por nosotras, en cuanto a las tareas del hogar y en cuanto a la procreación, no existiría nada, a lo mejor no literalmente, porque entonces el ser humano habría evolucionado, pero sí es verdad que, por ejemplo, en las dos guerras mundiales, sin nosotras los países se hubieran ido al traste, pero no aprenden y nos vuelven a relegar a la casa. Hay hombres que dicen que no podemos ser empresarias, por ejemplo, por el hecho de que nos quedamos embarazadas y que eso hace perder dinero a la empresa. Pero digo yo, si nosotras decidimos salir a trabajar y a la vez tener una familia, ¿acaso no es porque nos sentimos capaces? Yo digo que sí, pero esa elección os lo dejo a vosotros. Y ahora voy a contestar a la pregunta del título: ¿Qué significa ser mujer? Ser mujer significa, atribuirse unos valores impuestos por los demás. Ser mujer significa que tu color preferido sea el rosa, que te guste llevar faldas y escotes y que seas un objeto para los hombres. Ser mujer significa quedarse en casa y hacerse responsable de todo lo que ocurre dentro de ella. Pero sobre todo significa acarrear con todas las miradas, con todos los comentarios, cuando por fin alguna de nosotras se pregunta por qué debe de seguir esos patrones, por qué no simplemente salirse. Y hacerlo. Porque ya más mujeres lo hacen y cada vez más se atreven a afirmarlo. ¡¡Hay que estar orgullosa de ser mujer!! ò_ó
LHP

Mi poca percepción

Hace unos segundos me dio por mirar las fotos de todo el año del fotolog así por encima, y la verdad, es que no me acordaba ni de la mitad de las fotos que había subido, al igual de lo que había escrito, y sinceramente, ahora leo los comentarios, las actualizaciones, etc. y me siento muy feliz y contenta por haber vivido eso, pero me sorprende mucho porque creo recordar que en esos momentos no me encontraba bien y sin embargo si no lo pienso, es decir, si leo eso sólo me vienen risas de comentarios o de cosas escritas, supongo que es porque los buenos momentos nunca se van por mucho que a uno se les olviden... Otra cosa de la que me he dado cuenta es de que no he tenido noción alguna del tiempo, en serio, vale, sé que estoy a 13 de junio del 2009, pero no me creo que ya haya pasado medio año desde navidades, y mucho menos que el curso se haya pasado ya, sé que no tengo ninguna noción del tiempo debido a mi impuntualidad, pero tanto tiempo en tan poca percepción, cómo es posible que pase eso, no lo entiendo y me gustaría, la verdad, pero no paro de pensar en que sólo queda una semana y estaré tooooodas las vacaciones de verano con vosotros. Además, la sopresa, que por cierto es sólo para chicas, va cobrando cada vez más forma en mi cabeza, y creo que os gustará un montón.

Ella

Ojos que te absorben y te atrapan cual cepo en el bosque, pelo liso como hoja de papel y negro como el azabache, curvas desorbitantes perfectamente delineadas, piel suave como pétalos de rosa pero carácter fuerte como las espinas... Así es como la describen, eso es lo que murmullan cada vez que pasa. Pero no sólo crea expectación entre los hombres: los celos, las envidias, las malas miradas... las mujeres son crueles y no la aceptan entre ellas, tanta belleza no puede ser buena, dicen, seguro que está maldita, critican.
Es cierto, es la belleza personificada, no hay nadie más bella que ella en todo el mundo y tan solo unas cuantas más de su especie la igualan. Sí, especie, ella no es normal y nunca lo será, no puede, aunque lo ansía tanto, tiene tantas ganas de ser como ellas, de aun haber hecho cosas infames o simplemente dañinas, seguir integradas y tener gente alrededor, siendo totalmente transparentes. Ella, en cambio, oculta sus sentimientos y emociones tras una máscara de pura indiferencia, todo le da igual, o eso, al menos, es lo que hace aparentar. Nunca ha tenido alguien en quien confiar de verdad, que sea su confidente, ha tenido amigos, sí, y mejores amigos, también, e incluso ha estado a punto de comprometerse, pero nunca era suficiente, ellos no sentían lo que ella y eso es lo que crea el abismo fino que los separa, sin tan sólo pudiese borrarlo...
Ahora es odiada por todo el mundo, incluso por los que antes eran sus amigos, su familia. No puede evitar ser seca y formal, es su forma de que nadie entre en su mundo sin saber ella que comprenderá lo que ella siente porque esa persona también lo ha sentido, tan sólo escucha, asiente y si se lo piden, da su consejo.
No le gustan las personas, y el motivo es simple:
A sus ojos todas son felices, sin problemas, sin preocupaciones, con tiempo libre, una vida sin reproches, con todo hecho. En definitiva: les tiene envidia, mucha envidia. ¿Por qué no puede ella ser como ellos? ¿Por qué ella se considera tan fea y se siente tan mal consigo misma?
...


Golpe tras golpe, se va encerrando en sí misma, los físicos no le duelen pero los verbales le duelen hasta reventar y se le clavan como las espinas, que irónico, justo como es su carácter, puntiagudo e hiriente. La gente la está machacando.
-¡Bruja!
-¡Maldita!
-¡Vete del pueblo, no te queremos!
Pasan a su lado y la miran con desprecio y murmullan.
-No te acerques a ella cariño es la que abrasó a sus padres.
Comentario que colmó el vaso.
-¡No, yo no lo hice!
-¡Claro que fuiste tú, solo un engendro sería capaz de hacer eso!
-¡Yo no quería, yo no fui!
Rompió en sollozos y calló al suelo.
-Mirarla, es patética. Primero mata a sus padres y ahora pide la compasión arrodillándose ante todo el mundo.
Risas frenéticas por todos lados, caras burlonas y malvadas que piensan que no están haciendo nada malo. Un aullido cortó las risas.
-¡¡Yo NO fuii!!
Luces que desprendía su cuerpo eran expandidas por todo el pueblo, luces convertidas en llamaradas azules que pasaron a rojas, casas ardiendo de pronto, gente que en una chispa acaba ardiendo entre las llamas de la ira, todos, menos Ella.
...
Recuerda esos momentos horribles del pasado con la esperanza de que desaparezcan, se acostumbra a ellos, sí, pero ¿quién quiere tenerlos?
Entra en una posada y la gente la mira. Está indecisa, pero no lo muestra. No sabe si agachar la mirada o desafiarlos a todos. Se acerca a la barra sin darle muchas vueltas a ello y pide algo para beber, el posadero le acerca un vaso con agua y se aleja con miedo por si le pasase algo. Bebe tranquilamente durante un rato mientras siente las miradas clavadas en su nuca, o más bien en su cuerpo.
-¿Qué tal? Oye, por qué no te vienes a dar una vuelta con nosotros dos, estar aquí sola debe de ser bastante aburrido.
No contesta, Ella sabe que es lo correcto y que conteste o no va a pasar lo mismo, así que, ¿para qué gastar saliva?
-Oye, ¿es que estás sorda o qué?
Ambos hablaban bajo, para no atraer miradas, y de un modo persuasivo. Ella seguía sin contestar.
-¡Eh! Tú respon...
El Absurdo apartó la mirada de Ella cuando un desconocido se le acercó y paró la mano con la que la iba a coger.
-Dejadla en paz, si no os ha dicho nada es porque no quiere ir con vosotros.
La voz era grave, pero no demasiado, y un poco ronca a la vez.
-¿Y tú quién eres? Déjanos en paz.
El Absurdo se zafó del brazo del Caballero y le dirigió una mirada significativa a su compañero, el Baboso. Baboso empezó a sacar una daga de su cinturón, pero fue demasiado lento, Ella se giró rápidamente mientras, también sacaba su daga y se la colocó en el cuello. Todo el bar se quedó en silencio y en plena quietud.
-¡Serás!
Exclamo Absurdo.
Absurdo fue a ayudar a Baboso, pero Caballero lo detuvo y le hizo la advertencia que todo caballero hace:
-Yo que tú no lo haría.
Y Absurdo hizo la pregunta que todo absurdo hace:
-¿O si no qué?
Absurdo se volvió a zafar de Caballero y sacó su daga. Caballero puso los ojos en blanco. Absurdo le fue a atacar, pero Caballero desenvainó su espada y le dio con todo el puñal en el estómago. Absurdo se retorció de dolor. Baboso, que seguía con la daga al cuello, se escabulló y se tornaron los papeles, Ella era le que estaba ahora con el acero en la garganta, pero aún seguía sin inmutarse. Caballero se puso en posición defensiva.
-¿Tan cobarde eres que tienes que amenazar con cortarle el cuello a la señorita?, ¿no puedes enfrentarte a mí como un hombre?
Baboso se enojó. Absurdo seguía tirado en el suelo. Baboso la soltó, y, lleno de ira, blandió su daga hacia Caballero con un molesto aullido de guerra. No duró mucho. Caballero tiró la espada a un lado, eso distrajo a Baboso, que con cara de incredulidad se quedó mirando la espada tirada en el suelo, Caballero aprovechó este momento de distracción y le dio un puñetazo a Baboso en toda la nariz, después le dio un empujón haciendo que Baboso se diese con la barra en la cabeza y cayese al suelo. Como si nada, Ella se guardó la daga, dejó dinero en la barra y salió de la posada. Caballero, un poco atónito por la descortesía de Ella, envainó la espada y la siguió. Fue con paso ligero hasta que la alcanzó:
-¡Eh! ¿Qué pasa, es que no me vas a dar las gracias?
-¿Por qué?
-¿Por qué? Pues por haberte quitado de encima a esos tipos.
-No pedí ayuda.
-Venga, ¿tú no podrías, ni siquiera un poco, reconocer que necesitabas ayuda?
-No. No te pedí ayuda, así que no te daré las gracias.
Caballero se calló pero siguió andando a su lado.
-Me llamo Edgar.
Ella no dijo nada.
-¿No me vas a decir tu nombre?
-No, ¿por qué tendría que decírtelo?
-Porque soy tu nuevo compañero de viaje.
-Ni en sueños.
Ella no se giró, no hizo nada para que se fuese. Ella tenía su meta y sólo eso le importaba. Si le quería acompañar allá él.
Salieron del pueblo por el lado puesto por el que Ella había entrado. Todo el mundo les miraba, más incluso que antes. Pero a Ella le daba igual.
...
Un castillo se divisaba a lo lejos. Un castillo bonito, grande, expuesto sobre la cima de la colina con un ejército de insignificantes casas a sus pies, a sus puertas.
El camino fue tedioso y agotador, sobre todo para Ella, que, acostumbrada a su silencio y los sonidos de la naturaleza, no pudo evitar cansarse del continuo carcome de oídos que tan generosamente le estaba proporcionando su nuevo compañero,Edgar. Éste parecía no tener fin, a pesar de que habían estado toda la noche andando y no habían descansado ni un sólo minuto. Ella decidió hacerlo así, pensó que a lo mejor de esa manera, Edgar cerraría la boca.
Mientras Edgar seguía soltando sus peroratas, llegaron a la aldea. Era la hora en que la gente empezaba a salir de sus casas, la hora punta. Miradas, como siempre. Diferencia, las de envidia. Por parte de Ella y por parte de Edgar, supone Ella. Se dirigieron al castillo. Medio día.
-Lo sentimos mucho pero el señor está almorzando y no desea ser molestado.
Anunció un hombre escuálido, trajeado y arrogante.
-Pues dígale entonces que no habrá monstruo.
Ella se disponía a marcharse cuando el Arrogante, después de un momento de duda y temor, les abrió la puerta y les ofreció pasar.
Entraron detrás del Arrogante y le siguieron hasta una sala completamente exagerada en cuanto a volumen y decoración, y en medio una gran mesa con excesiva comida para una sola persona, por mucho apetito que tuviese, por muy gorda que estuviese, por mucho que superase en gordura al repugnante y redondo hombre que estaba sentado al otro lado de la mesa.
-Señor, siento interrumpir, pero...
-¡Te dije que no me molestaseis!
-Lo comprendo señor, pero...
Arrogante se acercó a Pelota y le explicó algo en cuchicheos, obviamente para que no se enterasen Ella y Edgar.
Se oye un retumbar en el suelo. Es Pelota que se acerca con una servilleta a modo de babero y con la mirada posada en las manos de sus sirvientas y su comida, ajeno a Ella y Edgar. Cuando llegó a estar delante de ellos no se dignó a girar la cabeza hasta que Arrogante carraspeó con la garganta para llamar su atención, e igualmente le costó despegar su desconfiada mirada de su preciada comida. Cuando lo hizo se olvidó totalmente de su comida. Ojos que te absorben y te atrapan cual cepo en el bosque, pelo liso como hoja de papel y negro como el azabache, curvas desorbitantes perfectamente delineadas, piel suave como pétalos de rosa...
-Señor... Me llamo Ed...
-Sí, sí... Señorita
Tendió una mano gorda, grande, sucia y grasienta a Ella, con la intención de que la besase, ...pero carácter fuerte como las espinas..., pero Ella no la aceptó y se dirigió directamente a lo que le interesaba.
-Necesito que me diga todo lo referente al monstruo.
Ninguna emoción en su rostro, sólo belleza. Pelota no se molestó por su no saludo, es más, en sus ojos apareció un deseo de lujuria, un ápice de noche apasionada. Desvistió a Ella con la mirada y Ella lo notó. Otra razón más para tenerle asco a los humanos. Y entre ese silencio de lujuria por parte de Pelota, de incredulidad por parte de Edgar, de inmutación por parte de Ella y de expectación por parte de Arrogante: Silencios. Silencio.

...
-... Claro...
Pelota dirigió una mirada a Arrogante, y éste contó lo que sabía. Pero no lo dijo todo, se callaba algo. Se notaba. Cuando Arrogante terminó, Ella le dirigió una mirada de desconfianza. ¿Qué era lo que se callaba?
-Mis honorarios...
-No importa cuánto sea, pero primero... ¿le gustaría -Arrogante carraspeó-, perdón, les gustaría acompañarme a cenar?
-Por supues...
Se entrometió Edgar.
-No.
Ella se marchó, sintiendo la mirada lasciva e imperiosa de Pelota. Edgar, estupefacto, la siguió tras un segundo, con la mirada de Arrogante encima. 
Ya fuera de las puertas del castillo, entre la muchedumbre, Edgar preguntó:
-¿Por qué has hecho eso?
Pero Ella no contestó, no lo consideró necesario. Se fueron a una posada a comer. Comieron en silencio y después pagaron la cena y una habitación.
Al día siguiente fueron en busca del monstruo. Nada. Nada ni nadie apareció por los lugares que el Arrogante les dijo. Pero Ella no se preocupó.
Día, tras día recorrían el pueblo, pero ningún monstruo aparecía. Ella estaba irritada, tras una semana allí no había matado nada, tenía un incansable murmullo en sus oídos, y cada paso que daba era vigilado por los incompetentes de aquél apestoso pueblo.