21 de julio de 2009

Escucho música mientras escribo una entrada en el blog, ya terminé una, pero ahora, empiezo otra. Tengo ganas de pasar, quiero aislarme un rato, que nadie me vigile y me observe, que no aparezca mi sombra en el suelo ni mi reflejo en el espejo. Quiero ser invisible. Siempre me digo, estas vacaciones serán sabáticas... Já, pedazo tontería, es imposible escapar de la gente, de los buenos momentos, del temor a perderte algo. Las canciones van pasando, y cada vez se acerca más la hora de separarse, puede que hoy, que mañana, que dentro de un mes, pero quién sabe, a lo mejor no y acabamos todos juntos en la misma ciudad y haciendo siempre lo mismo, cayendo presas de la monotonía de la vida. Quiero estar ocupada, concentrarme en algo y que no se asome ningún resquicio de lo que pudiese ser un comedero de pájaros, donde la comida soy yo, y los pájaros son los que no paran de atormentarme. Mi cuerpo se siente cansado de no hacer nada, tengo tantas ganas de moverme... pero la vagueza puede conmigo y me entran ganas de ser otra persona, una que no sea como yo, que tenga más emociones y que se mueva como una hoja agitada por el viento en un día de invierno. Ahora por fin estoy sola, pero no es suficiente, ahora quiero más, y quiero que nadie me hable, no estoy triste, ni desolada, ni... angustiada. No sé lo que es, pero quiero que se vaya.

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