4 de noviembre de 2013

Carta a una amiga

Querida Dana, 
Te echo muchísimo de menos, no me sale nada bien y es porque te has ido: mis medias favoritas se han roto, ¿te acuerdas de ellas?, esas que decías que me las ibas a robar, lo malo es que ahora no las encuentro. El móvil se me perdió, creo que me lo dejé en clase, pero ha desaparecido... ¡si hubieses estado conmigo esto no me habría pasado! El profesor de gimnasia me ha suspendido con un cuatro y dice que lo hace para que me esfuerce más en el segundo trimestre, no se da cuenta de que a mí el deporte no me sirve para nada y que sudar es asqueroso, además el chándal del colegio es tan feo... Encima, este año ha decidido ponernos un examen teórico, como si no tuviésemos ya suficiente con el resto de asignaturas. Que esas son otro rollo, se creen que tenemos tiempo para ellos, como si no hiciésemos nada en casa... el de matemáticas, por ejemplo, ha decidido que nos va a poner un examen todos los viernes. ¡Dana, tienes que volver ya! Lo único bueno que me ha pasado desde que te fuiste es que, Pablo, ¿el chico de cuarto?, parece que se ha dado cuenta de que existo y creo que me pedirá salir dentro de poco. 

Un beso y un abrazo muy fuerte. 

PD: ¡Vuelve ya! 


Respuesta: 

Querida alumna de tercero, 
Entiendo que eches de menos a tu amiga, de las dos, era la única que tenía los pies en la tierra. Si se te han roto tus medias favoritas y no las encuentras, no es un dramón, si te pasa como con los chicos, encontrarás unas perfectas dentro de una semana. Si suspendes en clases es porque no levantas la cabeza del pupitre ni el culo del asiento, que entiendo que quieras tener la mesa limpia, pero restregar las babas no es el mejor método. Los exámenes, independientemente de qué asignatura sean, sirven para ver lo impoluta que no dejas la mesa: cuanto más sucia esté, más nota sacarás. En cuanto a correr, sudar, moverse, parecer persona en las clases de educación física, tal como indica su nombre, implica el cuerpo, todo él, por lo que es normal que también tengas que poner en funcionamiento tu cerebro con unos pobres exámenes tipo test, y si no te gusta, te aguantas, cuando se te terminen de fundir los tobillos con los pies, tendrás excusa para no asistir a esa clase. 

Atentamente, Tu profesor de gimnasia 

PD: No te recomiendo que salgas con ese chico de cuarto, tiene ocho años más que tú.

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