7 de abril de 2010

Cicatrices

Tras largos surcos en mi piel, el dolor desaparece y se transforma en placer, ya no me duelen las heridas y pero sí las cicatrices. Ese recuerdo constante del dolor que sentí, ahora tan ambiguo por no saber si es dolor o tristeza. El recuerdo viene a mi mente y no me gusta su presencia, ni si quiera saber que puede reaparecer. Intento eliminar esa sensación y decirme a mí misma que no tengo motivos, pero es inevitable, y se hace insoportable incluso oírlo. Me parece ajena su presencia. Oigo hablar de ello y no encuentro sentido a las palabras de los demás y una pregunta me sobreviene a la cabeza, pero nunca la digo, nunca la pregunto, y nunca me la respondo. Son las cicatrices que conlleva pero su carga todavía es demasiado pesada para mí, y aunque en ocasiones me gustaría que volviese y romper con todo de una vez, mi otra mitad me dice que sería una tortura, que tengo que dejar que las cicatrices desaparezcan lentamente y que se vaya la obsesión de mi cabeza. Te vas, y me dejas, con mis sentimientos, colgada, con las cosas en la boca, con la mente bloqueada. Y cuando te devuelvo tus cosas, reclamas. No me hablas, no me miras, me ignoras pero lo que hago no te pasa desapercibido y lo rimero que s te ocurre hacer es decirme cobarde. Obviamente la claridad no es lo tuyo y tus palabras enmascaran lo que de verdad quieres decir: COBARDE. Las cicatrices se vuelven a abrir. Qué dolorosas pueden ser unas palabras.Que penosidad sentirme así. "Ven a devolvérmelo tú" ¿Cómo? Si dejamos de hablarnos. "No me mandes a otro para que lo haga" ¿Qué quieres, ver cómo te miran mis ojos? Mi indiferencia es abismal ante los que no tengo aprecio y por algún motivo consigues que vaya en aumento. No me hables, no me mires, no me importa... porque ya lo haré yo cada vez que te cea; te clavaré la mirada para que sepas lo que me has hecho. Las murallas se han cerrado. Bien por ti si es eso lo que querías, pero has fallado: se han cerrado, sí, pero sólo para ti. Y cuando te clave la mirada sé que apartarás la tuya, porque aquí lo único cobarde eres tú. COBARDE. Ni un ápice de emoción recorre mi cuero, ya me he enfriado. Vuelvo a ser fría como el hielo. COBARDE. Lo que hace una llamada.

4 comentarios:

  1. En parte me gusta el final, y ayer me creí (en parte, too) que te salió por inspiración divina, pero bueno, el final... '-' ya hablaremos, I think '-'

    te quiero lehbiana :F xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

    ResponderEliminar
  2. EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEH, ACABO DE LEERLO, PA QUE LO PONES TAN SHIQUITITO D: LO QUE HACE UNA LLAMADA? FFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU

    ResponderEliminar
  3. Mira, al final me veo convenciendo a mi madre de que no somos lesbianas, sabes? xD Pero en fin, aún con el nosequé del momento es genial verles la cara de asco/miedo a la cuando decimos: Al final se enterará todo el mundo de que somos lesbianas '-' Que asco de gente, ganas tengo de que cuando se les ponga esas caras de asco decirles: NO, NO LO SOMOS, PEDAZO DE MIERDA INCULTA SIN CEREBRO -O-

    tequiero:F♥

    ResponderEliminar
  4. Puff... esa llamada.

    Pues... pasó, ya te contaré.

    ResponderEliminar

¡Comenta! Mi blog tiene mucha hambre y ¡sólo se alimenta de comentarios!