Y la habitación se sumió en un profundo silencio. Ambas querían decir algo, empezar de alguna manera, nombrar lo indescriptible, aquello que les pasaba por la mente. Aquello que las torturaba.Aquello que las oprimía.
¿Pero cómo se puede hablar de algo que no se sabe qué es? ¿Cómo describir el agujero que se siente en el pecho?
No era un silencio incómodo, hace mucho que ellas los dejaron atrás. Pero era un silencio que decía mucho:
Demasiado cansadas para estar hasta las tantas de la madrugada (casi el amanecer) hablando.
De esto de querer hacer lo que quieras, cuando quieras y donde quieras. Seguir tus impulsos.
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