Se miró al espejo como todas las noches, y reconoció que estaba sola. Indudablemente, su vida iba a cambiar, demasiados años habían pasado, todos llenos con las pesadas bromas del destino, pero ese año, ese golpe, ese error; fueron el primer paso.
Estaba sola, sí. Pero era hora, la hora, de empezar de cero. Comenzar otra nueva etapa que poco a poco irían compensando el sarcástico humor de su sino.
Es el cambio, es su cambio.
Hay que echarle valor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Comenta! Mi blog tiene mucha hambre y ¡sólo se alimenta de comentarios!