Llevaba un buen rato sentada en la orilla del mar, mojando su pies con cada oleada y disfrutando de los rayos del sol que bañaban su pálida piel, cuando desde el fondo empezó a oír que la llamaban para comer.
Annie se hizo la sorda y la dejaron tranquila, sabían que no conseguirían que se moviese de ahí por mucho que la siguiesen llamando. Estaba tan relajada, tan tranquila... todos sus problemas y preocupaciones desaparecían poco a poco... poco a poco... Volvió a cerrar los ojos tras sus gafas de sol y se tumbó en la templada arena.
Annie acababa de terminar su segundo año de carrera y le quedaban tres meses por delante de soleadas vacaciones. ¿Por qué iba a tener prisa por ir a comer?
Pueh porque tiene hambresita :3
ResponderEliminarBah, ya comerá más tarde. ¡Lo primero es relajarse! ò_ó
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