Quiero desconectar mi cerebro; deja ya de pensar en mil y una cosas a la vez, -le suplico- pero no me hace caso; olvídate de mí, -le ruego- pero despotrica incesantes incoherencias, martillea mi cerebro con unas cuantas, y repetidas, palabras. La súplica es siempre la misma, y la respuesta también:
Apágate. No.
La confianza se fue de viaje durante un tiempo indefinido y hoy al despertarme tampoco pude ver más allá de la decepción. Hacerles tragar sus palabras me llevará un tiempo, pero
Hoy me encuentro mal, mi cerebro ha decidido que hoy no funciona, que hoy sería mejor soñar con lo que me gustaría que pasara en un futuro lejano, o soñar mejor con mis pensamientos encontrados, esos que me rondan la cabeza una y otra vez y se quedan ahí guardados esperando mi próximo error.
Vuelvo a desviarme del tema, vuelvo a escribir sin sentido.
NO.
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