5 de agosto de 2010

Mil pedazos [[Mary]]

Tiempo en soledad y oscuridad, y ningún caso hago a mi compañera. Ella hace reír y lo intenta conmigo pero no lo consigue, y aunque ella sonría su cabeza está igual que como estaba la mía:
Enredada, enrevesada, liada, oscura, pálida, cansada, anulada...
Sé que se lo niega a los demás, como sé que tampoco quiere contárselo a nadie, tiene dudas y no sabe cómo expresarse dentro de su cabeza.

-¿Algún día será ella?
-Puede.
-¿Crees que se entenderá?
-Puede.

Su  mente vaga incansable por las noches en una barca mullida de espuma. Siempre ve el horizonte, pero nunca llega a él.
-Y ¿tú sabes por qué es?
-Sí.
-¿En serio?
-Sí.
-Dímelo.
-No.
-¿Por qué?
-Porque su barca se hunde y no consigue encontrar la fuga, y si tú se la dices...
-Si yo se lo digo, ¿qué?
Éstas sandeces son las que ella procesa cada noche.
-Su subconsciente lo sabe.

Y así es como, ella, sin saberlo, se desvela cada noche y olvida sus conversaciones con su barca y ella misma.
¿Por el día? Oculta tras su reluciente y perfecta máscara, otra totalmente desfigurada por las dudas. Nadie se da cuenta y se enorgullece por ello, pero por dentro bulle de ganas de que alguien la descubra, rompa esa máscara en mil cachitos y con ella, las dudas de la segunda.
Después cuando se vuelve a encontrar sola en su habitación, añade unas lágrimas más a su desolado mar; no las derrama, pero sólo pensarlo basta para que el mar aumente y más se hunda su barca.

-¿Y nunca hace nada para solucionarlo?
-Sí.
-Pues no lo parece.

El silencio reina en habitación. Quiere dormir, pero no puede, su subconsciente sabe que no es bueno... Y en efecto, como siempre, ella hace mal y duerme...
Regresa la mañana. Un incordioso ruido la secuestra de su decrépita barca y deja, de nuevo, olvidados, toda su conversación con ella misma.

-¿Y su solución?
-¿Qué solución?
-Tú dijiste que lo intentaba arreglar.
-Ella no puede.

Y duerme, y despierta; duerme, y despierta; duerme, y despierta.
Y en alguna de estas interminables rutinas despertará sabiendo que lo ha encontrado, que ha encontrado la solución.

-¿Sola?
-No.

Y entonces sus máscaras caerán por el peso de su ridiculez y, en ese momento sí, se romperán en mil pedazos de cansancio y amargura, tan pesados para su mente, tan pesados para ella...

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